Tras más de tres décadas, Roberto Valverde le dice adiós a Masterlitho

La voz de don Roberto tiene el peso de más de 30 años en la empresa, por lo que, para comenzar, le pedimos unas palabras de motivación para quienes tienen menos tiempo que él: 

“Lo que digo siempre es que cuando uno tiene un trabajo en un lugar como este, donde lo aprecian a uno y lo ven a uno más que un empleado, hay que apreciar el privilegio que esto representa”. 

Roberto Valverde y Luis Chacón, dos reciente jubilados de Masterlitho ¡Muchas gracias por su trabajo. Conozca la historia de Luis Chacón en Masterlitho

Roberto Valverde dice sentirse más como un amigo o familiar que como un trabajador más. Desde que llegó a Masterlitho, en 1991, supo que ahí podría crecer y desarrollarse profesionalmente. No es mentira, pues primero ocupó el puesto de chofer y mensajero, en el año 1991 cuando las instalaciones de la empresa estaban en barrio Pilar. 

A la empresa le abrieron las puertas cuando venía de trabajar de Estados Unidos. Luis Fernando Leal, dueño de Masterlitho había sido su compañero en la Librería Lehman, por lo que ya le tenía confianza y conocía su calidad profesional. En el extranjero había trabajado poniendo techos, en restaurantes de comida rápida y ayudante de mecánico, pero una enfermedad de su madre, lo obligó a retornar a Costa Rica.

Un día cualquiera, luego de hacer los repartos que le correspondían volvió a la empresa, a eso de las 4:30 p.m. su jefa directa, Viviam Leal, le dijo que si quería asumir la responsabilidad de Jefe de Bodega y de Despacho. Entonces, como dice él, le tocó aprender “a huevo”, pues entonces no sabía cómo usar una computadora. “Yo ni sabía cómo se veía un papel de los que Masterlitho ofrecía, ni cómo se gramaba”.

A partir de aquel momento el crecimiento personal y profesional de Roberto fue significativo. Él, encantado, se quedó porque mantiene el deseo permanente de superación, pero además le tiene amor a la compañía que le permitió surgir. “Mi familia prácticamente es producto del trabajo que yo hice acá”, confiesa.

Como no había estudiado una carrera formal, ni tenía una especialización, Roberto se dio cuenta de que, para avanzar, tenía que aferrarse a su deseo de superación. Llevó cuanta capacitación pudo, participó de cada seminario del que se enteró y, ahora, a sus 61 años, agradece cada uno de esos pasos que dio. 

Roberto Valverde en sus primeros años con Masterlitho

Lo que va a extrañar

Dejar Masterlitho no será fácil para este tibaseño. Pocos meses antes de su retiro ya manifestaba que lo embargaban sentimientos como la nostalgia. Ya no tendrá que llegar a la oficina a las 5:30 a.m. como solía hacerlo, ya no tendrá que revisar las órdenes pendientes, ni la lista de materiales por enviar. 

Su rutina cambiará drásticamente, pues, antes se levantaba y alistaba para salir caminando tempranito hacia su trabajo. 

Lo que vendrá ahora será disponer de más tiempo para dedicarse a sí mismo y a su familia. Sus dos hijos y una nieta viven en los Estados Unidos, por lo que probablemente haga más de un viaje que le permita estar más cerca de ellos. Su esposa, sin duda, también agradecerá ese tiempo adicional que pasará junto a ella. 

Por ahora, lo que tiene claro es que espera que sus compañeros más jóvenes también tengan despierto el espíritu de superación y las ganas de crecer dentro de Masterlitho.

Muchas gracias Roberto, y le felicitamos por su gran dedicación a aprender y capacitar, son valores que pueden cambiar el rumbo de la vida, y usted es ejemplo de ello.

Arturo Pardo

Es comunicador, músico y ha actuado en algunos proyectos para cine y teatro. Se describe como ex asmático, catador de nachos y habilidoso jugando damas chinas.

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