Masterlitho celebra sus 34 años de existencia

Cada impresión que ha pasado por la planta y la maquinaria de Masterlitho deja claro que la empresa ha permitido hacer realidad los sueños de autores, autoras, editoriales y emprendimientos de Costa Rica y otros rincones de la región. 

Es gracias a la promesa de excelente trato y calidad, que hay satisfacción en las entregas, pero además, que gracias a esos altos estándares que los materiales quedan impresos para la historia, y para el disfrute de lectores. En los últimos años, la empresa ha sabido expandir estratégicamente su portafolio de servicios.

Ya no se dedica exclusivamente a las impresiones de libros, revistas o catálogos. En cambio, ahora también puede ofrecer una amplia gama de empaques y etiquetas de provecho para industrias como la alimentaria o la farmacéutica. De manera integral, Masterlitho ha ido extendiendo sus posibilidades, alineada a una estrategia encabezada por su CEO, Luis Fernando Leal, pero diseñada también por un amplio equipo de profesionales

Por la celebración de su cumpleaños número 34, conversamos con don Luis Fernando, quién nos contó más sobre ese proceso de expansión, el reto de la pandemia para la industria de la impresión y sobre el trato humano que caracteriza a la empresa

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De él es fácil obtener referencias positivas, pues en las otras conversaciones con empleados que están por jubilarse de la compañía, han compartido sus impresiones sobre el excelente trato humano, el ambiente laboral y, por ende, el crecimiento personal y profesional que han obtenido durante su paso por Masterlitho. 

Equipo humano de Masterlitho

En otras conversaciones publicadas también en este blog, hemos encontrado testimonios sobre la satisfacción de los clientes, que, a fin de cuentas, es lo principal que busca la empresa. A continuación, la conversación con don Luis Fernando. 

Luis Fernando Leal, presidente de Masterlitho

Luis Fernando Leal, presidente de Masterlitho

Entrevista a Luis Fernando Leal, presidente de Masterlitho

¿Qué es lo que más le da satisfacción ahora que la empresa llega a su 34 aniversario? 

Para mí es un deleite ver a la gente crecer, hacer un trabajo tan bien hecho. Eso me mantiene siempre activo y con la ilusión de hacer las cosas bien. 

¿Recuerda cómo comenzó con la compañía?

Lo que me tiene acá es una visión que tuve cuando estudié en la Universidad de Costa Rica. Desde entonces, quería ser empresario. Yo era una persona que estaba en la universidad becada. Yo no tenía nada, había cero capital para empezar una empresa, pero sí tenía la ilusión de ser empresario. 

Soy de Santa Cruz, Guanacaste y la mayoría de mis compañeros de colegio, más tarde se hicieron maestros. Ese era el destino de quienes aspirábamos a ser profesionales, al menos en esa región. 

Cuando me gradué del colegio, mi papá me hizo saber que no me podía mandar a San José. Lo que yo quería era estudiar Ingeniería Química, pero en segundo año entendí que no iba a tener mercado en esa profesión y que en Costa Rica, las posibilidades que tenía era terminar trabajando en Recope, que en ese momento solamente se dedicaba a la refinería.

Con eso en mente, entonces preferí entrar a Ingeniería Industrial, que recién se había abierto en la universidad. Fue una excelente decisión, porque como industrial me he sentido muy cómodo en muchas facetas que tiene la ingeniería. 

Había un curso que daba el profesor Genaro Chinchilla, quien nos hizo la invitación de desarrollar un proyecto personal a futuro, que no nos limitáramos a ser empleados de alguien más, sino a desarrollar nuestras propias iniciativas. 

¿Qué lo llevó específicamente a abrir una imprenta? 

En aquel momento trabajaba en la litografía o imprenta Lil, de la familia Lehmann. Desde entonces, me di cuenta de que las artes gráficas me jalaban. Ahí me encantó con el tema de las etiquetas, de las cajas y entonces decidí hacer todo un plan de ahorro para independizarme.

Ahorraba la mitad de mi salario sin que mi señora supiera; todo fue para comenzar este proyecto. Lo comencé con ahorros que me permitían subsistir seis meses y mantener a mis hijos en el colegio, para entonces alquilaba una máquina de impresión, pero también pude obtener un préstamo a los tres meses.

Así comenzó Masterlitho, con una máquina pequeña de un color, y con la experiencia que había adquirido empecé a desarrollar este proyecto.

Y desde entonces ha venido mucha evolución…

Desde que empezamos hace 34 años empezamos con la meta de estar siempre innovando con lo último en equipos tecnológicos. Una empresa, mientras esté abierta, tiene que tener la necesidad de introducir nuevas iniciativas, renovando equipos, apoyando a su gente, siempre atentos a la evolución. Una empresa es un ser vivo que, si no se alimenta, puede fracasar. Por ejemplo, durante la pandemia la vimos a palitos. Fue una debacle para la que nadie estaba preparado, y de esa debacle algunas personas salieron favorecidas. 

Nosotros estábamos trabajando 100% la línea editorial: libros, revistas, catálogos… y fíjese que hay editoriales que a partir de la pandemia dejaron de hacer publicaciones, prácticamente desde el 2020. Si en Costa Rica antes se producían 10.000 títulos de un libro, ahora se hacen en cantidades pequeñas.

En el 2020 nosotros comenzamos a producir cajas, porque el mercado de cajas y empaques es uno que no va a desfallecer. En el 2018 nos habían advertido que iba a haber una baja en la producción de material POP (afiches, material promocional y otros). Así que en el 2019 empecé a desarrollar el proyecto de impresión para cajas y otros productos.

Cuando vino la pandemia ya nosotros estábamos desarrollando la diversificación, la maquinaria me había llegado en el 2019, pero la parte de empaques necesita que usted esté certificado con ISO 9001, entonces nos atrasamos un poco con eso.

¿La impresión digital ha crecido? 

Ahora cualquier persona tiene acceso a crear un libro, porque pueden imprimir pocas unidades a un precio asequible. Antes se arriesgaba un capital para sacar libros. Ahora se hacen con tecnología digital. Nosotros nos metimos en impresión digital, y me atrevo a decir que somos el mejor fabricante en libros digitales. Estamos teniendo costos muy buenos. 

¿Cuáles son las garantías que le ofrecen a la clientela?

Le aportamos primero que nada calidad en los materiales y la impresión. Desde que se fundó Masterlitho, lo primero es la calidad. 

El lema de Masterlitho es una sola palabra, es SERIEDAD. Siempre hemos sido una empresa muy seria. Hacemos un producto por encima de la calidad que trabajan otros en el país. Estamos muchos escalones por encima.

El objetivo de la empresa es dar un servicio de calidad, tener un nombre, que Costa Rica tenga una empresa en la que pueda confiar producto de calidad. Ha habido clientes que en algún momento solo en Colombia imprimía y les hemos demostrado que podemos hacer trabajos mejores que en otros países.

Conversando con otras personas de la empresa es evidente que se le presta atención al aspecto humano. 

Básicamente, es una filosofía de vida. Lo que hice fue trabajar en la cultura de la empresa. Aquí trabajan padres e hijos, hay hermanos, parejas de esposos… la verdad es que nos convertimos en un hogar para muchas personas. De no haber sido así, Masterlitho no sale de la pandemia. 

El personal fue el que saco a la empresa de un eventual hueco. Fue un gran trabajo en equipo, un gran compromiso de todos los que trabajamos aquí. Siempre hemos trabajado en la cultura de la empresa. No gano nada con hacer un producto de calidad si en medio de la manufactura la gente no está bien. Los que estomas acá estamos bien, tenemos buen trato, seguridad laboral, nos llevamos bien como familia…. 

La empresa tiene que ser limpia, ordenada, como la casa. Bajo este techo estamos unas 75 u 80 personas responsables, que han sido seleccionadas y que, si no han venido con la filosofía de trabajar en equipo, se acomodan para trabajar en equipo. Es una empresa donde está la posibilidad de crecer. Tengo mil ejemplos de eso; hay personas que llegaron como bachilleres y ahora ocupan cargos importantes desde el punto de vista técnico. Si hay que hacer un esfuerzo de tal o cual magnitud, se hace en función no del dinero, sino de quedarle bien al cliente. 

Otro aspecto que está entre las prioridades es el ambiente, ¿cierto?

Siempre hemos tenido un enfoque ambiental. El próximo proyecto que está por empezar es poner los paneles solares para ahorrar recursos. Vamos a contribuir con un ahorro a nivel país una vez que los paneles estén instalados. Siempre he tenido esto presente porque realmente creo que es importante preservar los recursos naturales.

Conozca aquí sobre todas las medidas ambientales que Masterlitho ejecuta para ser una imprenta sostenible.

Recuerdo la época en la que yo vivía en Guanacaste y veía cómo sacaban la madera. Por un árbol de pocho les daban unos 1.000 pesos (colones). 

Yo viví la problemática de los recortes de agua, la matanza de animales sin ningún motivo aparente, todo por los árboles y los terrenos. Donde yo nací, en un lugar llamado San José de la Montaña, ya no hay montaña, ni bosques primarios. Es una cosa impresionante haber visto cómo se dilapidan los recursos naturales. 

Así que el tema ambiental es algo por lo que actúo en función de lo que viví. Desde que salieron planchas ecológicas, inmediatamente pusimos de eso en práctica; cuando vinieron las tintas con base de agua y no de aceite, empezamos con eso. El reciclaje del papel también es otro punto; todo se recicla, no se ha botado nunca nada, el material lo vendemos a una recicladora. 

¿Cuál es la visión que tiene a futuro? 

La empresa y yo somos una sola cosa. Soy de la idea de que el mundo cada día está más concentrado en la optimización de los recursos. Si queremos ser una empresa de vanguardia debemos mantener esa línea. He podido ver la conciencia ambiental que ellos manejan impresas de Europa. Uno se siente bien al observar cómo optimizan los recursos, así que, con eso en mente, seguiremos trabajando en función de optimizar los recursos, de que el ambiente está por encima de todo. 

Otro tema es que apenas estamos empezando en la parte de empaques. Tenemos mucho por avanzar en esa área. Lo más importante es no desperdiciar el papel, utilizar hasta la última pulgada para apoyar al ambiente. Para eso, con software, optimizamos lo que tenemos de papel. Compramos la materia prima a una medida de manera que no se desperdicie. Un manejo efectivo de los recursos nos permite dar muy buenos precios y una excelente calidad. 


¿Cómo se siente del lugar donde ha llevado a la empresa?
 

Me siento pleno; soy una persona que vive en el presente, que no vive del recuerdo y siempre me he sentido realizado con lo que hago porque, en general, la filosofía de mi vida es hacer las cosas bien. Me he equivocado, pero no me quedo en el error, sino que sigo adelante. Somos una empresa que arriesga con ciertos criterios. Los problemas los convertimos en oportunidades y seguimos adelante. 

Planta de impresión Masterlitho
Arturo Pardo

Es comunicador, músico y ha actuado en algunos proyectos para cine y teatro. Se describe como ex asmático, catador de nachos y habilidoso jugando damas chinas.

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